jueves, 19 de abril de 2007

El que espera desespera...

Salí de trabajar un rato más tarde de lo habitual, tenía una entrevista a última hora. Caminé sin ganas hasta el instituto, llevaba un curriculum, muchas ilusiones y poco ánimo. Lo recibió la secretaria con una sonrisa y en menos de cinco minutos ya estaba otra vez afuera, “haciendo tiempo”. Caminé un par de cuadras haciendo “como si” miraba alguna vidriera, no veía nada.

Al poco tiempo me cansé de caminar y decidí esperar sentada frente al lugar de trabajo de la persona con la que tenía que reunirme para hablar de aquello que no puedo. Tremendo lugar aquel que tenía frente a mí, cuantas evocaciones... Decidí esperar un poco más allá para no tener que mirar semejante panorama. Todavía faltaban como mínimo 20 minutos para que mi amiga llegara. Sí, mi amiga porque sola no me animaba. Hice unas anotaciones en mi agenda para ver si el tiempo pasaba. La gente iba y venía. Los que corren, los que pasean al perro, los que van a estudiar, los que salen de trabajar, los que buscan a sus hijos o a sus enamorados... Muchos pasaron más de una vez. Algo había que hacer para que el tiempo pasara, intenté pensar en cualquier cosa, tanto fue mi intento que ya ni recuerdo en qué pensé. Mientras tanto se filtraban algunos pensamientos de esos que no quiero oír...

De pronto en la casa de al lado alguien comenzó a tocar el piano. La música.... otra vez los recuerdos. Hasta me dio gracia la situación tragicómica. En medio de la angustia como su fuera un personaje de película empieza a sonar una melodía. Al rato la identifico, otra “casualidad”... un tango... Justo esta semana un tango... Nadie lo canta, pero dentro mío suena “Uno busca lleno de esperanzas el camino que los sueños prometieron a sus ansias. Sabe que la lucha es cruel y es mucha pero lucha y se desangra por la fe que lo empecina...” El piano se cayó, un auto paró, nadie bajó. Era casi la hora, me acerqué a la puerta a pesar de que la fachada era dolorosa. Nadie salió, nadie importante... Nadie llegó. La hora pasó. Un mensaje, una llamada de teléfono, un olvido... Ya pasó. Conseguí monedas, subí al colectivo, ahogué los pensamientos; había demasiada gente. Volví a caminar y llegué a casa. Otra vez será, traje mis pensamientos a descansar...

19/04/07

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola amiga... que lindo lo que escribiste... mil disculpas de mi "olvido"... por lo menos la espera tuvo un lindo fruto...

Contá conmigo para terminar con "eso" de lo que no querés hablar... Porque a pesar de mis "confusiones en el camino", tengo un mapa, que entre las dos lo entiendo mejor...

Nuevamente, perdón lo de hoy... pero se me "pincho una cubierta".

TE QUIERO!!

Carolina dijo...

Bueno entiendo a medias pero creo que no hace falta entender...Un abrazo incorpóreo pero enorme!!

JuanMa dijo...

Un beso muy fuerte y mucho ánimo.

Fer dijo...

Muchísimas gracias a los tres...
Belu, perdonado el olvido, yo también tuve mi parte... con tanta angustia hasta me olvidé de recordártelo... ;)

Caro, gracias por el abrazo, para mi no hay abrazos incorpóreos, porque los siento de verdad...

Juanma gracias por el apoyo ;)

Anónimo dijo...

Fer: Al leer esto siento que tenemos tanto que hablar!. Espero que sea pronto amiga.
Trataré de programar un viajecito para allá.... o a la inversa!.
Un beso y ánimo (aunque tal vez llegan tarde).
Un beso.
Geor