miércoles, 31 de diciembre de 2008

Por un 2009 con derecho a soñar...

Para todos los que pasan y han pasado por este camino y para los que lleguen de otras partes, estas palabras escritas hace ya casi 10 años pero tan auténticas como todas las de Galeano...

La verdad, siento que más que un día de festejo, el de fin de año es un día de reflexión, no hace falta enumerar las cosas que no andan bien en este mundo... entonces, que este año que llega nos traiga nuevas fuerzas para continuar caminando y construyendo, buscando más justicia, más paz y más amor, para todos, pero para todos en serio...

besos para todos

Fer
El año 2000 y el derecho a soñar 

Ya está naciendo el nuevo milenio. No da para tomarse el asunto  demasiado en serio: al fin y al cabo, el año 2001 de los cristianos es el  año 1379 de los musulmanes, el 5114 de los mayas y el 5762 de los judíos.

El nuevo milenio nace un primero de enero por obra y gracia de un capricho de los senadores del imperio romano, que un buen día decidieron romper  la tradición que mandaba celebrar el año nuevo en el comienzo de la primavera. Y la cuenta de los años de la era cristiana proviene de otro capricho: un buen día, el papa de Roma decidió poner fecha al nacimiento de Jesús, aunque nadie sabe cuándo nació. 

El tiempo se burla de los límites que le inventamos para creernos el cuento de que él nos obedece; pero el mundo entero celebra y teme esta frontera. Una invitación al vuelo. Milenio va,  milenio viene, la ocasión es propicia para que los oradores de inflamada verba peroren sobre el destino de la humanidad, y para que los voceros de la ira de Dios anuncien el fin del mundo y la reventazón general, mientras el tiempo continúa, calladito la boca, su caminata a lo largo de la eternidad y del misterio.

La verdad sea dicha, no hay quien resista: en una fecha así, por arbitraria que sea, cualquiera siente la tentación de preguntarse cómo será el tiempo que será. Y vaya uno a saber cómo será.  Tenemos una única certeza: en el siglo veintiuno, si todavía estamos aquí, todos nosotros seremos gente del siglo pasado y, peor todavía, seremos gente del pasado milenio. 

Aunque no podemos adivinar el tiempo que será, sí que tenemos, al menos, el derecho de imaginar el que queremos que sea. En 1948 y en 1976, las Naciones Unidas proclamaron extensas listas de derechos humanos; pero la inmensa mayoría de la humanidad no tiene más que el derecho de ver, oír y callar. 

¿Qué tal si empezamos a ejercer el jamás proclamado  derecho de soñar? ¿Qué tal si deliramos, por un ratito? Vamos a clavar los ojos más allá de la infamia, para adivinar otro mundo posible: el aire estará limpio de todo veneno que no venga de los miedos humanos y de las humanas pasiones; en las calles, los automóviles serán aplastados por los perros; la gente no será manejada por el automóvil, ni será programada por la computadora, ni será comprada por el supermercado, ni será mirada por el televisor; el televisor dejará de ser el miembro más importante de la familia, y será tratado como la plancha o el lavarropas.

La gente trabajará para vivir, en lugar de vivir para trabajar; se incorporará a los códigos penales el delito de estupidez, que cometen quienes viven por tener o por ganar, en vez de vivir por vivir nomás, como canta el pájaro sin saber que canta y como juega el niño sin saber que juega.

En ningún país irán presos los muchachos que se niegan a cumplir el servicio militar, sino los que quieran cumplirlo; los economistas no llamarán nivel de vida al nivel de consumo, ni llamarán calidad de vida a la cantidad de cosas; los cocineros no creerán que a las langostas les encanta que las hiervan vivas; los historiadores no creerán que a los países les encanta ser invadidos; los políticos no creerán que a los pobres les encanta comer promesas; la solemnidad se dejará de creer que es una virtud, y nadie tomará en serio a nadie que no sea capaz de tomarse el pelo; la muerte y el dinero perderán sus mágicos poderes, y ni por defunción  ni por fortuna se convertirá el canalla en virtuoso caballero. 

Nadie será considerado héroe ni tonto por hacer lo que cree justo en lugar de hacer lo que más le conviene; el mundo ya no estará en guerra contra los pobres, sino contra la pobreza, y la industria militar no tendrá más remedio que declararse en quiebra.

La comida no será una mercancía, ni la comunicación un negocio, porque la comida y la comunicación son derechos humanos; nadie morirá de hambre, porque nadie morirá de indigestión; los niños de la calle no serán tratados como si fueran basura, porque no habrá niños de la calle; los niños ricos no serán tratados como si fueran dinero, porque no habrá niños ricos. 

La educación no será el privilegio de quienes puedan pagarla;  la policía no será la maldición de quienes no puedan comprarla; la justicia y la libertad, hermanas siamesas condenadas a vivir separadas, volverán a juntarse, bien pegaditas, espalda contra espalda; una mujer, negra, será presidenta de Brasil y otra mujer, negra, será presidenta de los Estados Unidos de América; una mujer india gobernará Guatemala y otra, Perú; en Argentina, las locas de Plaza de Mayo serán un ejemplo de salud mental, porque ellas se negaron a olvidar en los tiempos de la amnesia obligatoria. 

La Santa Madre Iglesia corregirá las erratas de las tablas de Moisés, y el sexto mandamiento ordenará festejar el cuerpo; la Iglesia también dictará otro mandamiento, que se le había olvidado a Dios: "Amarás a la naturaleza, de la que formas parte"; serán reforestados  los desiertos del mundo y los desiertos del alma; los desesperados serán esperados y los perdidos serán encontrados, porque ellos son los que se desesperaron de tanto esperar y los que se perdieron de tanto buscar; seremos compatriotas y contemporáneos de todos los que tengan voluntad de justicia y voluntad de belleza, hayan nacido donde hayan nacido y hayan vivido cuando hayan vivido, sin que importen ni un poquito las fronteras del mapa o del tiempo; la perfección seguirá siendo el aburrido privilegio de los dioses; pero en este mundo chambón y  jodido, cada noche será vivida como si fuera la última y cada día como si fuera el primero. 

Eduardo Galeano

miércoles, 24 de diciembre de 2008

En esta Navidad... Te deseo

              imagen de Maricarmen Pizano coso de ilustradores


Para esta Navidad quiero compartir con ustedes un poema de Victor Hugo escrito en el siglo XIX, que me regalo una amiga en estos días.  
Felicidades a todos y no dejen de buscar algún momento y lugar que les permita encontrar el verdadero sentido de esta Nochebuena. Los tendré presente a todos cuando a las 12 llegue el Niño... Muchos Besos!

FER

TE DESEO

Te deseo primero que ames,

y que amando, también seas amado.

Y que, de no ser así, seas breve en olvidar

y que después de olvidar, no guardes rencores.

Deseo, pues, que no sea así, pero que si es,

sepas ser sin desesperar.

Te deseo también que tengas amigos,

y que, incluso malos e inconsecuentes

sean valientes y fieles, y que por lo menos

haya uno en quien confiar sin dudar.

Y porque la vida es así,

te deseo también que tengas enemigos.

Ni muchos ni pocos, en la medida exacta,

para que, algunas veces, te cuestiones

tus propias certezas. Y que entre ellos,

haya por lo menos uno que sea justo,

para que no te sientas demasiado seguro.

Te deseo además que seas útil,

más no insustituible.

Y que en los momentos malos,

cuando no quede más nada,

esa utilidad sea suficiente

para mantenerte en pie.

Igualmente, te deseo que seas tolerante,

no con los que se equivocan poco,

porque eso es fácil, sino con los que

se equivocan mucho e irremediablemente

y que haciendo buen uso de esa tolerancia,

sirvas de ejemplo a otros.

Te deseo que siendo joven

no madures demasiado de prisa,

y que ya maduro, no insistas en rejuvenecer,

y que siendo viejo no te dediques al desespero.

Porque cada edad tiene su placer y su dolor

y es necesario dejar

que fluyan entre nosotros.

Te deseo de paso que seas triste.

No todo el año sino apenas un día.

Pero que en ese día descubras

que la risa diaria es buena,

que la risa habitual es sosa y

la risa constante es malsana.

Te deseo que descubras,

con urgencia máxima,

por encima y a pesar de todo,

que existen, y que te rodean,

seres oprimidos,

tratados con injusticia y personas infelices.

Te deseo que acaricies un perro

alimentes a un pájaro

y oigas a un jilguero erguir triunfante su canto matinal,

porque de esa manera,

sentirás bien por nada.

Deseo también que plantes una semilla,

por mas minúscula que sea,

y la acompañes en su crecimiento,

para que descubras de cuántas vidas

está hecho un árbol.

Te deseo además, que tengas dinero,

porque es necesario ser práctico,

y que por lo menos una vez por año

pongas algo de ese dinero frente a ti y digas

"Esto es mío"

sólo para que quede claro

quien es el dueño de quien.

Te deseo también

que ninguno de tus afectos muera,

pero que si muere alguno,

puedas llorar sin lamentarte y sufrir

sin sentirte culpable

Te deseo por fin que

siendo hombre, tengas una buena mujer

y que siendo mujer, tengas un buen hombre,

mañana y al día siguiente,

y que cuando estén exhaustos y sonrientes,

hablen sobre amor para recomenzar.

Si todas estas cosas llegaran a pasar

no tengo anda más que desearte

sino que seas feliz.