La función del arte/1
Diego no conocía la mar. El padre, Santiago Kovadloff, lo llevó a descubrirla.
Viajaron al sur.
Ella, la mar, estaba más allá de los altos médanos, esperando.
Cuando el niño y su padre alcanzaron por fin aquellas cumbres de arena, después de mucho caminar, la mar estalló ante sus ojos. Y fue tanta la inmensidad de la mar, y tanto su fulgor, que el niño quedo mudo de hermosura.
Y cuando por fin consiguió hablar, temblando, tartamudeando, pidió a su padre:
- ¡Ayúdame a mirar!
Eduardo Galeano. El libro de los abrazos
(fotito mía, Mar de las Pampas)
4 comentarios:
El mar, es mucho mar...Me encanta, no podría vivir lejos de él...
Un besote
Me hizo acordar a la película el viaje hacia el mar.
Increíble la profundidad y frescura de casi todos los niños.
Le dejo un beso; cuídemelo hasta la próxima visita.
(Amiga, se te extrañaba)...
Este Galeano tiene cosas muy lindas. Yo no he leído ningún libro de él, sí pude leer mucho a partir de los blogs, fragmentos que realmente son muy profundos, tiernos, conmovedores...Me llega, me gusta esa magia que genera a partir de lo cotidiano, de lo que está al alcance de todos.
Un beso grande.
Lluna, disfrútalo ;) besote!
Gustavo, es maravillosa la mirada de los niños... Le cuido el beso y le mando otro
Adrianófanes, ando medio desaparecida si... pero sigo leyendo a todos y visitando sus blogs. Yo también leí bastante a Galeano via internet, ahora lo tengo en la mesita de luz... es verdad eso que decís de lo cotidiano, creo que eso atrapa de su lectura... Otro beso grande!
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