viernes, 5 de febrero de 2010

Sucede que me canso de ser hombre...

No se si es manera de celebrar 215 entradas del blog, tampoco recuerdo ya si entre esas 215 no lo postee alguna vez pero hoy, sucede que me canso de ser hombre...

Sucede que me canso de ser hombre.

Sucede que entro en las sastrerías y en los cines
marchito, impenetrable, como un cisne de fieltro
Navegando en un agua de origen y ceniza.
El olor de las peluquerías me hace llorar a gritos.

Sólo quiero un descanso de piedras o de lana,
sólo quiero no ver establecimientos ni jardines,
ni mercaderías, ni anteojos, ni ascensores.

Sucede que me canso de mis pies y mis uñas
y mi pelo y mi sombra.
Sucede que me canso de ser hombre.

Sin embargo sería delicioso
asustar a un notario con un lirio cortado
o dar muerte a una monja con un golpe de oreja.
Sería bello
ir por las calles con un cuchillo verde
y dando gritos hasta morir de frío

No quiero seguir siendo raíz en las tinieblas,
vacilante, extendido, tiritando de sueño,
hacia abajo, en las tapias mojadas de la tierra,
absorbiendo y pensando, comiendo cada día.

No quiero para mí tantas desgracias.
No quiero continuar de raíz y de tumba,
de subterráneo solo, de bodega con muertos
ateridos, muriéndome de pena.

Por eso el día lunes arde como el petróleo
cuando me ve llegar con mi cara de cárcel,
y aúlla en su transcurso como una rueda herida,
y da pasos de sangre caliente hacia la noche.

Y me empuja a ciertos rincones, a ciertas casas húmedas,
a hospitales donde los huesos salen por la ventana,
a ciertas zapaterías con olor a vinagre,
a calles espantosas como grietas.

Hay pájaros de color de azufre y horribles intestinos
colgando de las puertas de las casas que odio,
hay dentaduras olvidadas en una cafetera,
hay espejos
que debieran haber llorado de vergüenza y espanto,
hay paraguas en todas partes, y venenos, y ombligos.
Yo paseo con calma, con ojos, con zapatos,
con furia, con olvido,
paso, cruzo oficinas y tiendas de ortopedia,
y patios donde hay ropas colgadas de un alambre:
calzoncillos, toallas y camisas que lloran
lentas lágrimas sucias.

Pablo Neruda

5 comentarios:

JuanMa dijo...

Pues entonces, sé dragón ;-)
Besos a montones (volando).

Adriano dijo...

Qué loco cansarse de ser hombre... pero eso es lo que tiene la poesía. Puede decir lo que nos pasa cuando nos encontramos envueltos en una realidad que muchas veces nos supera en desilusión y en desesperanza. Pero también por ser hombre, hallaremos maneras de volver a conectarnos con lo más preciado que tenemos.

Un gran abrazo.

Fer dijo...

Hola Juanma, uff que he sido dragón en estos días, era necesario rugir un poco amigo ya te dije... besos!

Siempre hay tiempo para volver a conectarse con lo más profundo Adrianófanes... Y aunque crezcan los cansancios y las desilusiones la vida tiene sonrisas escondidas en los lugares menos esperados por suerte...
besos amigo

LlunA dijo...

Por aquí ha habido un cambio de look!! jejej es que hacía tiempo no pasaba por aquí...
Un besote grande!

Fer dijo...

Siii fue año nuevo cara nueva Lluna jaja
besos gracias por volver por acá